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precum Trisagio angélico (VERSIÓN BREVE)
Fuente de la introducción:
ORACIÓN
TRINITARIA
El Padre San Pío de Pietrelcina exhortaba a sus fieles a tener gran
devoción a la Santísima Trinidad,
especialmente el rezo del Trisagio
Angélico.
También la famosa estigmatizada
española, Madre Esperanza de Jesús Alhama,
fundadora de las Esclavas e Hijos del Amor Misericordioso, también lo rezaba diariamente, y cuando surgía
algún problema o se veían en alguna necesidad, inmediatamente comenzaba el rezo
con todas sus monjas y mandaba también que se recitara en todas sus Casas y
durante largas temporadas.
San Antonio María Claret, después de una locución que tuvo en la
Granja (Segovia), el día 27 de agosto de 1851, en la Iglesia del Rosario, dijo
que “la salvación de España se cifraba en tres devociones: el Trisagio, el
Santísimo Sacramento y el Rosario”.
La hermana Lucía de Fátima, durante su estancia en Tuy (Pontevedra), en junio
de 1929, tuvo una visión de la Santísima
Trinidad e igualmente era muy amante de esta devoción.
COMENZAMOS EL TRISAGIO ANGÉLICO
Oración
℣. Abre Señor ✠ mis labios.
℟. Y mi boca proclamará
tus alabanzas.
℣. Dios mío, † ven en mi auxilio.
℟. Señor, date prisa en socorrerme.
℣. Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Primera decena en honor a Dios Padre
Oración deprecativa trinitaria:
(x1) Santo
Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten misericordia de nosotros.
Se reza la oración dominical:
(x1) Padre nuestro.
Alabanza
(laus), Bendición (eulogía) y acción
de gracias» (eucharistía)
(x9) ℣. A Ti la
alabanza, a Ti la gloria, a Ti hemos de dar gracias por los siglos de los
siglos, ¡oh Trinidad Beatísima!
Al
Dios tres veces santo. Isaías 6, 3
(x9) ℟. Santo,
Santo, Santo Señor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra
de tu gloria[1].
Doxología (glorificación) breve a la
Trinidad
(x1) ℣. Gloria al
Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
(x1) ℟. Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
segunda decena en honor a Dios hijo
Oración deprecativa trinitaria:
(x1) Santo
Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten misericordia de nosotros.
Se reza la oración dominical:
(x1) Padre nuestro.
Alabanza
(laus), Bendición (eulogía) y acción
de gracias» (eucharistía)
(x9) ℣. A Ti la
alabanza, a Ti la gloria, a Ti hemos de dar gracias por los siglos de los
siglos, ¡oh Trinidad Beatísima!
Al
Dios tres veces santo. Isaías 6, 3
(x9) ℟. Santo,
Santo, Santo Señor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra
de tu gloria.
Doxología (glorificación) breve a la
Trinidad
(x1) ℣. Gloria al
Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
(x1) ℟. Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Tercera decena en honor a Dios espíritu santo
Oración deprecativa trinitaria:
(x1) Santo
Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten misericordia de nosotros.
Se reza la oración dominical:
(x1) Padre nuestro.
Alabanza
(laus), Bendición (eulogía) y acción
de gracias» (eucharistía)
(x9) ℣. A Ti la
alabanza, a Ti la gloria, a Ti hemos de dar gracias por los siglos de los
siglos, ¡oh Trinidad Beatísima!
Al
Dios tres veces santo. Isaías 6, 3
(x9) ℟. Santo,
Santo, Santo Señor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra
de tu gloria.
Doxología (glorificación) breve a la
Trinidad
(x1) ℣. Gloria al
Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
(x1) ℟. Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona final
A ti Dios Padre no engendrado, a ti Hijo unigénito, a ti Espíritu
Santo Paráclito, santa e indivisa Trinidad, con todas las fuerzas de nuestro
corazón y de nuestra voz, te reconocemos, alabamos y bendecimos; gloria a ti
por los siglos de los siglos.
℣. Bendigamos al Padre, y al Hijo, con el Espíritu Santo.
℟. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.
Oración
Oh Dios todopoderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe
diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad
en el poder de tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa
misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por Cristo nuestro
Señor. ℟. Amén.
Terminamos con la jacultatoria:
Líbranos, sálvanos, vivifícanos, ¡oh Santísima Trinidad!
[1] (Para
comprender la Misa – Lefebvre)La liturgia evoca luego la visión en la
cual Isaías oyó Cantar a los Serafines: “Sanctus...
Santo, Santo, Santo, es el Señor, Dios de los ejércitos (o
de las milicias celestiales). Llena la
tierra de Su gloria” (Is, VI, 2). A la tierra se añadió
"los cielos" porque el sumo Pontífice de
la gloria de Dios también está allí presente y preside los
coros angélicos.
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