Método que podemos aplicar
para la memoración de oraciones católicas en latín. Desde luego, el clásico método
de la repetición, olvido y repaso, olvido y repaso es fundamental para
memorizar. La siguiente anédocta de Enrique Schlieman anima a memorizar.
De la vida de Enrique Schlieman:
"Este método
sencillísimo -explica- consiste en leer
en alta voz sin preocuparse de la traducción, después escribir diariamente
algunos párrafos y corregirlos ante los profesores, aprendérselos de
memoria y recitar en la lección siguiente lo que se ha corregido la víspera."...
a dondequiera que fuese llevaba un libro
en la mano en el que aprendía de memoria algún trozo...
De este modo
me aprendí el vicario de Wakefield e Ivanhoe...
En el segundo
semestre del año aprendí el francés por el mismo procedimiento.
Gracias a estos estudios continuados y
regulares en el curso de un año mi memoria se fortaleció de tal forma, que me
fue facilísimo saber el holandés, el español, el italiano y el portugués, y
apenas necesité más de seis semanas para hablar y escribir correctamente todos
estos idiomas"
"Voy a
estudiar a Platón tan a conciencia que si pudiera recibir una carta mía dentro
de seis semanas la entendería"
"Los únicos
libros rusos que pude proporcionarme fueron una gramática antigua, un
diccionario y una mala traducción de las Aventuras de Telémaco ...no
logré hallar un profesor de ruso... no existía a la sazón en Amsterdam quien
supiese una palabra de este idioma. Comencé, pues, mi nuevo estudio sin
maestro, y al poco tiempo y sin ayuda de la gramática pude distinguir y
pronunciar las letras rusas. Luego empleé
el antiguo sistema, aprendiendo de memoria párrafos y anécdotas. Como no
tenía nadie que corrigiera mis ejercicios, se me ocurrió corregirlos valiéndome
de la práctica y decidí aprenderme de memoria la traducción rusa de las
Aventuras de Telémaco. Pensando después que adelantaría más si tuviera a
alguien a quien contarle dichas aventuras, tomé a sueldo a un pobre judío, el
cual, mediante cuatro francos semanales, venía todas las noches a mi casa y escuchaba
mi declamación, de la que no entendía una palabra." (Nota mía jaja)...
Transcurridas
seis semanas, escribí ya la primera carta en ruso al agente de Londres de una
importante casa moscovita importadora de añil y logré entablar relaciones, en
su idioma, con comerciantes rusos que llegan a Amsterdam para el negocio de la
exportación de ese producto."
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