24 de marzo de 2018

VOTO DE ÁNIMAS



Voto de ánimas. Un acto heroico.
Royo Marín. Moral para seglares II. Punto 345.
Es un acto intensísimo de caridad.

El llamado acto heroico de caridad a favor de las almas del purgatorio consiste en ofrecer a Dios, mediante una fórmula o mentalmente, en sufragio de las almas del purgatorio, el fruto satisfactorio de todas las obras que haga el votante durante su vida y todos los sufragios que se le apliquen después de su muerte. Aunque se suele llamar voto de ánimas, no obliga bajo pecado y lo puede revocar el interesado cuando quiera.
 
Este ofrecimiento, rectamente entendido y practicado, es de grandísimo mérito, por el acto intensísimo de caridad que supone. Es cierto que quien lo hace se expone a tener un largo purgatorio por sus propios pecados, pero luego tendrá eternamente en el cielo un grado de gloria mucho mayor que el hubiera alcanzado sin él.
Santo Tomás de Aquino advierte repetidas veces que el tener mayor purgatorio no tiene importancia ninguna –quasi nihil est – en comparación de un aumento de gloria para toda la eternidad. Y que, en cuanto a meritorio de vida eterna, el sufragio aprovecha más al que lo hace que la que lo recibe.
Los que emiten este voto heroico gozan de las siguientes gracias:
1.    A los sacerdotes se les otorga el privilegio de altar privilegiado[1] diario personal[2].
2.    Ellos y los demás fieles pueden ganar, con las condiciones acostumbradas, indulgencia plenaria aplicable solo a los difuntos:
a) En cualquier día que reciban la sagrada comunión.
b) Con cualquier misa que oigan los lunes a favor de las almas del purgatorio.
3.    Pueden aplicar a los difuntos toda clase de indulgencias, aun las ordinariamente no aplicables.

Fórmula para hacer el acto heroico de caridad.
Recogido del devocionario, Mis devociones. Pinazo, R. 1959

Omnipotente y sempiterno Señor, yo _______________aunque indigno de comparecer en tu presencia, para mayor gloria de Dios y para demostrar mi sincera esclavitud a María Santísima, la Madre de Misericordia, que también es Madre de las ánimas del Purgatorio. Deseo librar a estas ánimas de sus penas para que vayan cuanto antes a glorificarte en el Cielo.
Ofrezco espontáneamente y pongo en manos de nuestra piadosísima Madre y Señora la Virgen María, todas mis obras satisfactorias, propias y participadas, en vida, en muerte y después de mi muerte. Para que la Santísima Virgen las aplique a quien Ella prefiera en el Purgatorio.
Te ruego, Señor misericordioso, que aceptes este ofrecimiento para gloria tuya, consuelo de las ánimas y provecho de mi alma. En cuanto a las penas y deudas por mis pecados que detesto, yo me ofrezco con toda humildad y aceptación para satisfacerlas y pagarlas, si así lo queréis en el Purgatorio. Aceptándolo en brazos de tu misericordia y en la bondad de tu dulce Madre la Virgen María.
Padre nuestro, Ave María y Gloria por las ánimas del purgatorio.





[1] Altar privilegiado. Aquel tiene anexa una indulgencia plenaria concedida por el Papa, aplicable al alma del purgatorio por la cual se celebra en él la misa.
[2] Altar privilegiado personal. Es personal, cuando es inherente al sacerdote, o sea, que no depende del altar, sino del sacerdote que celebra.

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