Estáse ardiendo el mundo, quieren tornar a sentenciar a Cristo —como
dicen— pues le levantan mil testimonios, quieren poner su Iglesia por el suelo,
¿y hemos de gastar tiempo en cosas que por ventura, si Dios se las diese,
tendríamos un alma menos en el cielo? No es, hermanas mías, no es tiempo de
tratar con Dios negocios de poca importancia’.
dicen— pues le levantan mil testimonios, quieren poner su Iglesia por el suelo,
¿y hemos de gastar tiempo en cosas que por ventura, si Dios se las diese,
tendríamos un alma menos en el cielo? No es, hermanas mías, no es tiempo de
tratar con Dios negocios de poca importancia’.
‘Paréceme que mil vidas pusiera yo para remedio de un alma de las
muchas que veía perder. Y como me vi mujer y ruin e imposibilitada de
aprovechar en lo que yo quisiera en el servicio del Señor, que toda mi ansia
era, y aún es, que pues tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que ésos
fuesen buenos, determiné a hacer eso poquito que era en mí, que es seguir los
consejos evangélicos con toda la perfección que yo pudiese, y procurar que
estas poquitas que están aquí hiciesen lo mismo’
muchas que veía perder. Y como me vi mujer y ruin e imposibilitada de
aprovechar en lo que yo quisiera en el servicio del Señor, que toda mi ansia
era, y aún es, que pues tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que ésos
fuesen buenos, determiné a hacer eso poquito que era en mí, que es seguir los
consejos evangélicos con toda la perfección que yo pudiese, y procurar que
estas poquitas que están aquí hiciesen lo mismo’
Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 1
No hay comentarios:
Publicar un comentario