8 de junio de 2021

Acto de reparación al Sagrado Corazón de Jesús


Acto de reparación
 

¡Oh dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago de los ingratos más que olvido, negligencia y menosprecio!, vednos postrados ante vuestro altar8 para reparar, con especiales homenajes de honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en todas partes, hieren vuestro amantísimo Corazón.


Mas recordando que también nosotros alguna vez nos manchamos con la indignidad de la cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para nuestras almas vuestra divina misericordia, dispuestos a reparar, con voluntaria expiación, no sólo nuestros propios pecados, sino también los de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en su infidelidad, o no quieren seguiros como Pastor y Guía, o, conculcando las promesas del bautismo, han sacudido el suavísimo yugo de vuestra ley.


Nosotros queremos expiar tan abominables pecados, especialmente la inmodestia y la deshonestidad de la vida y de los vestidos, las innumerables asechanzas tendidas contra las gimas inocentes, la profanación de los días festivos, las execrables injurias proferidas contra Vos y contra vuestros Santos, los insultos dirigidos a vuestro Vicario y al Orden Sacerdotal, las negligencias y horribles sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del Amor y, en fin, los públicos pecados de las naciones que oponen resistencia a los derechos y al magisterio de la Iglesia por Vos fundada.


¡Ojalá que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Mas, entre tanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con la expiación de la Virgen nuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas, os ofrecemos la satisfacción que Vos mismo ofrecisteis un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos, además, por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos, para que vayan en vuestro seguimiento.


¡Oh benignísimo Jesús! por intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y remáis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
 

INDULGENCIAS:

Versión oficial; cfr.: Acta Ap. Seáis 20 (1928), pág. 182.
Indulgencia de cinco años.
Indulgencia plenaria, mediante la confesión sacramental, la sagrada Comunión y la visita a alguna iglesia u oratorio público, si se repite devotamente este acto de reparación, durante un mes entero, todos los días.
A los fieles que en el día de la festividad del sacratísimo Corazón de Jesús, en cualquiera iglesia u oratorio, aun semipúblico (para los que usan de él legítimamente) asisten a este acto de reparación, con las letanías del sacratísimo Corazón, delante del Santísimo Sacramento solemnemente expuesto, se les concede: Indulgencia de siete años.
Indulgencia plenaria, mediante la remisión de los pecados por la penitencia sacramental y la participación en la Mesa eucarística. (S. Pen. Ap., 1 jun. 1928 y 18 mar. 1932.)

 

NOTA8 Fuera de la iglesia u oratorio, en lugar de ―vuestro altar‘‘ se dice ―vuestra presencia‖.

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