“Santiago Apostol en la Batalla de Clavijo” (1695), de Luca Giordano. Convento Madres Comendadoras de Santiago. Madrid. |
Siempre
me he preguntado el orirgen de esta frase. También, por ser hijos de nuestra época,
caí en el error modernista que hace una interpretación peyorativa sobre esta
frase. Hoy en su día, un comentario muy interesante en un grupo de Wathsapp me
lo ha aclarado.
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¡Santiago!
¡Cierra! ¡España!
Los gritos de guerra “¡Santiago! ¡Cierra! ¡España!” están
documentados desde al menos la batalla de las Navas de Tolosa. Se utilizaban
los tres, no necesariamente juntos, con diferentes significados. Primero, la
invocación al Apóstol. “Cierra” como orden de ataque (cerrar distancia con el
enemigo) o formación (cerrar filas). “España” como destinatario de la orden
previa: las tropas españolas.
Fue Cervantes el primero que funde los dos últimos gritos
de guerra en boca de Don Quijote: “Santiago, y cierra España”. Sancho se
pregunta al escucharlo qué le pasa a España, y por qué hay que cerrarla.
Los modernistas de finales del XIX aprovecharán esta
modificación cervantina para darle un giro peyorativo a los tres gritos de
guerra, ahora fundidos, para atacar el carácter tradicional del pueblo español.
Valle-Inclán lo convierte en “Santiago y abre España, a la libertad y al
progreso” en Luces de Bohemia.
Nota
bene: Aquí apreciamos la tergiversación de los enemigos de
Cristo pervirtiendo todos los símbolos (igual que han convertido el arco iris,
símbolo de la alianza de Dios con Noé tras el diluvio, en bandera de la
sodomía).
Sergio Pablo
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Comentario personal:
También quiero aportar mi punto de vista acerca de los
cuadros y tallas de Santiago matando moros.
A mi juicio el cuadro que mejor representa la ayuda de
Santiago en la reconquista de España, en la forja de católicos que dio sus
frutos como España, Luz de Trento y Conquistadora de España, es el de: El
cuadro que lo debes de conocer es el de “Santiago Apostol en la Batalla de
Clavijo” (1695), de Luca Giordano. Convento Madres Comendadoras de Santiago.
Madrid.
Aquí observamos dos planos. Arriba, en el cielo, en el
plano espiritual, Santiago combate contras las huestes enemigas de Cristo y su
Iglesia. Esto me recuerda la frase de San Pablo: porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso sino
contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este
mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos del aire. Efesios 6, 12.
En un plano
más mundano, vemos como la guerra es lícita cuando se desempeña contra
invasores, máxime cuando amenazaban nuestra fe cristiana.
Como
conclusión, necesitamos la fe para tener una visión más amplia para percatarnos
que lo que acontece en la tierra tiene su prolongación en el ámbito espiritual.
Feliz día
y que Santiago os bendiga.
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