23 de febrero de 2018

Ignis aurum probat

La resistencia
La segunda la dijo el pasado 16 de junio a los hermanos jesuitas de Chile (ver foto), en la conversación a puertas cerradas luego transcrita y publicada con su consentimiento en "La Civiltà Cattolica" del 17 de febrero, y remite al motivo por el que no quiere leer los escritos de sus opositores.

Dijo que el motivo es el de salvaguardar la propia “salud mental”, o en otras palabras, la propia “higiene mental”, fórmulas que martilló tres veces en apenas un minuto de conversación y que suponen un apodíctico juicio de “insania” en quienes lo critican, sin espacio para una confrontación racional:
"Por salud mental yo no leo los sitios de internet de esta así llamada 'resistencia'. Sé quiénes son, conozco los grupos, pero no los leo, simplemente por salud mental. Si hay algo muy serio, me lo avisan para que yo sepa. Ustedes los conocen… Es una pena, pero creo que hay que seguir adelante. Los historiadores dicen que para que un concilio arraigue hace falta un siglo. Estamos a mitad de camino.
"A veces uno se pregunta: pero este hombre, esta mujer, ¿leyó el Concilio? Y hay gente que no leyó el Concilio. Y si lo leyó, no lo entendió. ¡Cincuenta años después! Nosotros estudiamos filosofía antes del Concilio, pero tuvimos la ventaja de estudiar teología después. Vivimos el cambio de perspectiva, y ya estaban los documentos conciliares.
"Cuando percibo resistencias, trato de dialogar, cuando el diálogo es posible, pero algunas resistencias vienen de personas que creen poseer la vera doctrina y te acusan de hereje. Cuando en estas personas, por lo que dicen o escriben, no encuentro bondad espiritual, yo simplemente rezo por ellos. Siento pena, pero no me detengo en este sentimiento por higiene mental".

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